La felicidad está dentro de ti, es una frase que siempre me gustó mucho. Algo que durante muchos años tuve escrito en la descripción de mis redes sociales. Era una frase bonita que resonaba de alguna manera conmigo aún cuando no sabía al 100% si entendía enteramente su significado. Era algo que de alguna manera quería creer. Pero no ha sido hasta muchos años después que de verdad he conseguido comprender la totalidad del peso que tienen para mi estas palabras.
Tras lo que parecen peleas interminables con la vida, con mis sueños y sobre todo conmigo misma, he conseguido apreciar la sutileza en la realidad de cómo la felicidad está dentro de todos nosotros. Y a día de hoy, lo que quizás he descubierto es que para mi la felicidad en realidad no está solo dentro de ti o de mi, sino que la felicidad somos tú y yo.
Voy a dejar que sopeses estas palabras. Quizás ya hayas comprobado como la felicidad no es realmente algo completamente autónomo. No fuiste más feliz, o al menos a largo plazo solo por ese trabajo, o ese coche. La felicidad quizás no se encuentre en el exterior, pero tampoco esté a plena disposición en nuestro interior, al menos no si no nos atrevemos a buscarla.
Quizás la felicidad en realidad seamos nosotros mismos, quizás sea realmente una decisión. La realidad es que indagar en nuestros sentimientos, nuestras sombras, nuestros traumas y nuestra luz nos ayuda a conseguir poder identificar o sentir un poco más esa felicidad que tanto buscamos y también lo hace el crear una realidad externa que nos inspire y sea lo que nosotros idealmente desearíamos.
Hay una frase de Julio Cortázar que para mí ilustra muy bien este ejemplo,y dice así: “andábamos buscándonos, para encontrarnos”, y ese es el significado que le he encontrado yo a la felicidad.
Como algo que continuamente buscamos y buscamos para al final encontrarnos a nosotros mismos, ahí, entre todas aquellas cosas que tanto andábamos persiguiendo. La felicidad siempre estuvo ahí, en nosotros todo este tiempo esperando a que nos diésemos cuenta de que lo que buscábamos era en verdad encontrarnos a nosotros mismos. La esencia de lo que siempre fuimos, la aceptación de quien en realidad somos. La felicidad quizás no sea sólo trabajar en nosotros mismos y convertirnos en nuestras mejores versiones, si no quizás simplemente coexistir sabiendo que siempre fuimos suficiente. Y que la vida es un viaje en el que todo tiene su sentido, incluso los momentos que a día de hoy nos puedan parecer más dolorosos.
Con esto no quiero quitarle importancia a realizar trabajo personal o a buscar conseguir nuestros sueños, ambos son sumamente importantes e incluso me atrevería a decir necesarios en nuestras vidas, pero todo tiene su lugar. Todo tendrá un sentido en la obra de arte final de nuestra vida, aunque ahora no lo veamos. Tenemos que aprender a entender que no importa lo que hagamos fuera o dentro, nunca conseguiremos ser perfectos, sin embargo podemos aprender a ser y disfrutar de nuestras imperfectas versiones de perfección, aquí y ahora. Y eso, es bajo mi punto de vista la verdadera felicidad.
Las heridas se curan, los objetivos llegan, pero no importa cuánto trabajes en ti mismo y en tus circunstancias siempre vas a tener ciertas heridas, ciertas dudas, nuevos objetivos, nuevos traspiés, pero eso no quita que la felicidad sigas siendo tú todos esos días y en todos y cada uno de los pasos de tu camino, no importa cuán difíciles o ágiles hayan venido.
Quizás resulte que la magia que habías estado buscado durante todo este tiempo siempre fuiste tú.
Fotos tomadas por Xiang Zhi
Comments